Eva Thais
Edith Tarríus López, mayormente conocida por su seudónimo “Eva Thais”, nació en la ciudad de El Progreso en el año de 1931. En 1970 fundó la agrupación intelectual femenina “Ideas”, en la ciudad de Tegucigalpa. Fue subdirectora de la revista del mismo nombre y de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Literariamente se le vincula con los miembros de la Generación del 50. Sus obras más relevantes en la poesía fueron: “Lluvia de ilusiones (1954)”; “El canto de todos (1956)”; “Agonía del sueño (1961)”; “El niño, el hombre, el enigma (1979)”; “Canción de amor en cuatro tiempos (1984)”; “Cátedras y espejos (1985)”; “Arboles de los ojos eternos (1993)”.
Sola, Soledad
Amo la soledad la sola soledad por ser la mía… Sueño, soñar con esta soledad soledad de eternidades donde se encuentra mi sola soledad en ella misma…
Presentido amor
Esperaba tu cuerpo, presentía tu alma en el calor de un beso… Veo que has llegado así como te esperaba como te había soñado para mi cuerpo nubil, para mi vida toda… Y está envolviéndome de cerca tu inquietud -de rosa y de sol— por lo que no has creído de esta adolescente que sea inmensidad deseada… en presentido amor Y la noche ha llegado acariciante y cruel las estrellas de mis senos juegan en el espacio de tus brazos…
20
¡No podemos soportarlo! cuando leemos
que los hijos de muchos pobres,
de esos que no roban o piden ¡no tiene qué comer!
vestir ni cómo ir a la escuela,
ni un lugar seguro dónde vivir.
¡No podemos soportarlo! ni aquello ni esto.
Cuando leemos también,
que en algún lugar de estas repúblicas,
mueren muchos niños al día, como bananos podridos.
Y un hombre mayor vive siglo y medio aplaudiendo
a los políticos que se hartan el erario,
ni cuando una mujer joven muere y deja varios hijos.
Cierto, esto a veces es pasajero, esto puede cambiar.
¡Debe cambiar!
Pero es más triste aún, encontrar niños
a quienes no se brinda una caricia, que les sobra
a muchos cachorros falderos que tienen pedigree.
Digámoslo: ¡No debemos soportarlo!
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